El día que me enteré de que se tendría que ir, creí que me moría de la pena. Me acordaré toda mi vida de cómo nos despedimos. Yo llorando y ella diciendo: 'Venga Bely, que esto no es un adiós sino un hasta luego' Y llevaba razón. Adiós es una palabra fea. El final de algo. Y 4056 no tiene final. Es como el símbolo infinito de las modernas, o el continuará de los libros. Con nuestro 4056 siempre te queda la sensación de que vas a poder contar con ella aunque esté en la otra parte de mundo. Que si la necesitas, una llamada de teléfono o una quedada es suficiente. Y sé que cuando tengamos ochenta años y estemos más arrugadas que las pasas nos seguiremos viendo y recordaremos nuestros momentos.
¿Sabéis? Tenemos una canción. Se llama Fearless. Ella me enseñó sus grupos favoritos y me hizo quererlos al escucharla cantar a diario. En vez de unos 'buenos días' ella venía cantando por la puerta del colegio. Y ahora echo de menos éso. Y cotillear en los intercambios. Y representar canciones con dibujos, algo muy propio en un intercambio cuando te aburres. Y todo lo que hemos hecho juntas.
Sinceramente, ella es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida y no se lo digo lo suficiente.
Pero sé que esto es bueno para ambas. El poder continuar, sabiendo que estamos ahí para la otra, a pesar de no vernos tanto como antes. Ella será una famosa actriz algún día y yo, posiblemente, una profesora en algún instituto.
Vais a conocerla cuando salga en anuncios, os lo prometo. Y cuando la vea, diré '¿La ves? Ésa es mi mejor amiga. La que nunca me ha fallado'
Te quiero.
-Belén-
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