miércoles, 19 de diciembre de 2012

Solo.

Apenas si queda aire en tu interior. No hay salida, solo sombras rodeándote, ocultándote. Ni un rayo de sol te alcanza.

Dicen que cada vez que se cierra una puerta se abre una ventana, pero tú sabes que, como tantas otras veces, mienten. Estás encerrado, atrapado dentro de ti, incapaz de  levantarte para continuar tu camino, sin poder siquiera seguir luchando por alcanzar esos objetivos que te mantenían luchando contra la oscuridad.
Y ellos, los que te prometían incluso la luna, ¿dónde están ahora? Ahora que casi no puedes contener las lágrimas, ahora que necesitas más que nunca que agarren con fuerza tus manos y te saquen de ese horrible y aterrador agujero negro en el que te encuentras. Justo ahora que tu voz se niega a salir por tu garganta, rasgada y agotada de tanto pedir ayuda sin obtener respuesta. Porque nadie ha respondido a tu llamada, nadie ha sabido ver en tus ojeras el por qué de la desaparición de tu sonrisa.

Y poco a poco tomas consciencia de lo que ocurre a tu alrededor. Estás rodeado de gente que te promete cosas que simplemente no es capaz de cumplir cuando es necesario, que te ofrece una ayuda que luego no va a darte. Pero no les juzgas, no. Tú tampoco te ayudarías.
Por qué ¿para qué volver a llenar tu vida de velas cuya luz terminará por consumirse? ¿Para qué defender una causa perdida? Así que te limitas a ocultar esas sombras, las arrinconas en alguna parte dentro de ti e incluso a veces consigues olvidarte de su existencia. Pero existen y están ahí, presionándote, seguirán aumentando y te seguirán consumiendo.

"¿Cuándo va a acabar esto?", te preguntas, una de esas noches en las que todo te supera. Pues acabará cuando consigas encender en tu interior esa luz que hará que la oscuridad huya, la luz cuyo interruptor pareces haber olvidado cómo pulsar. Esa luz, que es tu ilusión. Son tus ganas. Tus ánimos, tus sueños, tus deseos susurrados a estrellas fugaces y también los que pensabas al apagar las velas de cada cumpleaños. Todas tu metas, tu necesidad de ser alguien. Pero sobre todo, esa luz era lo mucho que te querías y lo bien que te sentías con los demás. Sin embargo, provocaron un apagón a base de "es un sueño imposible", "tus metas son inalcanzables", "no lo haces bien", "no vas a poder", "jamás lo conseguirás, "no eres lo bastante bueno", y "eres un bicho raro". Fuiste permitiendo que tu luz propia se apagara por culpa de un par de palabras necias salidas de bocas de personas que no te conocían. Y tu vaso está ahora  medio  vacío, como tú.

Pero ahora, vuelve a congelar tu rostro en ese gesto que intenta parecer feliz, en esa media sonrisa que has adoptado como máscara. Es lo que haces siempre. Rodéate de aquellos que dicen quererte y aparenta que disfrutas con su compañía. Aunque estés roto. Aunque por dentro llores. Aunque en realidad estés solo.


-Teresa- 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Navidad, bonita fecha.

Dentro de nada ya será Navidad y Año Nuevo. Las calles se llenan de luces de colores, de adornos, las casas colocan sus árboles y algunos ponen los portales de Belén. Se compran los mantecados y las castañas calentitas de los puestos que hay en la calle y que están tan ricas. A mí, personalmente, las castañas asadas en Navidad me encantan.La gente se porta especialmente bien con los demás. Es como si la Navidad despertara una parte del corazón de las personas que durante el resto del año permance durmiendo. La gente parece que sólo es buena en éstos momentos. Campañas Navideñas para dar comida a los ncesitados. ¿Sólo en Navidad? ¿El resto del año qué? Apenas echas cuenta. Ya tienes bastante con tus propios problemas pero ahora ¡eh! ¡que es Diciembre! ¡Ayudemos! ¿Sólo te acuerdas de sonreír a los demás en el mes de Diciembre? Creo que se confunde 'ambiente navideño' con 'hipocresía'. ¿Si no le das limosna al mendigo de la calle por qué lo haces ahora? ¿Porque te da cosa que te miren mal por actuar como lo haces habitualmente?. Luego está la familia se reune y a veces cantan villancicos. Llegará el momento de las uvas y con la última campanada cuando brinden harán propósitos como cada año. Estará entre ellos el 'adelgazaré y me apuntaré al gimnasio' o tal vez el 'discutiré menos con mis padres' pero luego, todos sabemos la verdad. A mediados de año no habremos cumplido ninguno todavía. Y al final, volveremos a empezar con lo mismo. Propósitos nuevos que se sumarán a la lista de propósitos sin hacer. Y cuando esas fechas acaban, todo vuelve a ser igual. Al mendigo ni lo miras, las malas caras vuelven, las luces de Navidad y los adornos desaparecen y el año pasa tan rápido que ni te das cuenta. A decir verdad, para algunos la vida es una larga rutina. Te pasas la vida haciendo lo mismo. Trabajo, hogar, trabajo... Sólo espero que ésto os ayude a daros cuenta de que no hay que ser buena persona en Navidad, sino todo el año. Cuando brindéis por el 2013 y penséis en vuestros propósitos, hacedlo de verdad. No lo digáis de boquilla e intentando que quede lo más bonito posible, sino que sea realista. Sed sinceros con vosotros mismos. Todo sería más fácil así. Belén-