martes, 12 de marzo de 2013

El puzzle


¿Sabes esa pieza del puzzle que pierdes nada más abrir la caja? Cae debajo de una mesa, quizás de un sofá, quizás sea aspirada por alguna malvada máquina aspiradora y se pierda para siempre, quizás una ráfaga de viento se la lleva y la pierdes de vista. De todas formas, comienzas a montar el resto del puzzle, pensando que por una sóla pieza no va a pasar nada. Pero pasa, y te das cuenta de esto sólo cuando lo tienes acabado. O todo lo acabado que puedes tenerlo con una pieza menos.
Durante un tiempo tratas de hacer como si nada, de ignorar ese hueco relleno tan solo de aire. Sigues adelante sin darle ninguna importancia, incluso consigues ignorar que te falta algo. A veces encuentras piezas que se parecen a la que perdiste, solo que son un poco más grandes, un poco más pequeñas o sus bordes tienen una forma ligeramente distinta. aun así, intentas colocarlas, haciendo presión sobre los bordes de tu puzzle, y las dejas hasta que el resto de piezas ceden y la que no cuadra sale disparada. Entonces te toca recolocarte un poco y tratar con cuidado a las piezas que se encontraban más cercanas a la intrusa, que pueden llegar a estar incluso un poco rotas, dañadas y nada felices.
Y después de cada intento fallido sigues, con un poco más de miedo que antes, miedo a no encontrar eso que sabes que te completaría, miedo a que sigas confindiéndote y haciéndote daño, y dándote cuenta de que la pieza que te falta es esencial para que todo cobre sentido.

Pero entonces la encuentras. Cuando menos te lo esperas, cuando lo dabas todo por perdido, cuando estás dispuesto a seguir sin ella y a no tratar más de sustituirla. Sabes donde está, la has localizado y necesitas llegar hasta ella y conseguirla a toda costa, no te importa lo que tengas que andar o desandar, ni los sacrificios que tengas que hacer. Sabes que es tu pieza perdida y la necesitas. Y cuando al fin la consigues y la colocas en su lugar, en aquel espacio vacío, es como si las piezas fueran engranajes y el puzle cobrase vida y sentido, un sentido nuevo, el que siempre buscaste y creías que no llegarías a encontrar. Por fin puedes decir que te sientes completo, lleno, y por supuesto, más feliz.
Ya no necesitas seguir buscando, porque tienes contigo todo lo que te hacía falta, porque eres tú, al cien por cien, porque estás entero y libre.


Y ¿sabes? Yo he encontrado esa pieza, y eres tú.



~ Teresa

No hay comentarios:

Publicar un comentario